miércoles, octubre 25, 2006

Ramiro Sacco


autorretrato

joven artista bonaerense



Fragmentos (de la seria Escrituras)
160 x 140 cm.
encáustica, óleo, grafito y otras cosas sobre papel
2006

"La pintura es la escritura
de lo que no se puede nombrar."
RS.



Kien (de la serie Trigramas)
40 x 42 cm.
encáustica, óleo y tinta china sobre cartón
2005

www.ramirosacco.com.ar

jueves, septiembre 28, 2006

Gerardo Curiá


(foto extraída del blog de Clara Vasco fotosyfotosaca)

Nació en San Pedro en 1968.

poema inédito de Gerardo Curiá enviado por Lidia Rocha

El rojo viertes en mi vino,
infiel,
así,
deleitas la conquista.


y soy,
tu padre,
tu amante,
el sumiso.

Ángel de la templanza.

El que regresa de jamás,
enorme noche,
hacia vos,
la equívoca,
la abandonada en el placer,
muñeca de mar deshabitado.

¿Acaso
el primer hombre y el final?

Enorme noche
y es otra ves la misma,
se deshace,
y somos ninguno.

¿Y quién despierta?

La nacida de la muerte
cada vez más lejana.

domingo, septiembre 24, 2006

Mandarinas Records



Sello Virtual Independiente de discos a cargo de Lucas Garófalo y Tomás "Boui" Vilche

www.mandarinasrecords.com.ar

Galería de Arte Nómade



Artistas:

Laura Ortego (fotografía)
Ianko Perea (fotografía)
María Julia Iglesias (dibujo)
Pablo Saborido (fotografía)
María Sol Panizza (pintura)
Cristina Morales (pintura)
Emanuel Díaz (fotografía)
Mercedes Dutto (pintura)
Nicolás Picón (fotografía)
Gabriela Fernández (pintura)

www.galeriadeartenomade.com.ar

sábado, septiembre 23, 2006

Valeria Resenite



Poeta de Esquel, Chubut

del libro Todo Este Frío

Aquella oscuridad
ya no era mía
odié los barcos repetidos
en su nombre

huída de mi
de ciudades imprevistas

dije silencio
para no oír las verdades
que vomité a la noche
tragada por la luz

.

Temí a todos los ojos
hice demasiado ruido entre las piedras
cuando el golpe

busqué maneras
como de río y su estremecimiento
es que no puedo
dejar entrar otra vez el aire tibio
de la mañana

estoy acostumbrada a la noche

habito puentes sitiados
por algún ángel solitario
perros en celo
ellos meditan sobre mi
como si se tratara de algo importante.

.

Un vaso a medio beber festeja
el olvido
la boca de nadie traga saliva

el vaso canta

ahoga sus límites
enredadera
que sobresale
a cualquier boca

el vaso canta

silueta vidriada
borracho de ella

el vaso cae.

.

No hubo Dios
ni puente hacia la noche
no hubo peces
ni luces encendidas
no fue el agua/ su movimiento
fue despertar
con el vientre seco
y la humedad en la herida.

muerte de
lluvia sobre el agua
sed
lo que dejó en la orilla.

.

Podías ahogarte
ceder el paso
reconstruir la otra mitad

algo tocó tus pies

cuando abriste los ojos
el viento se había llevado
la orilla

.

Me toca esta suerte
de palabra
peregrinación
donde jugarme
la última caricia
hasta dar
con la mano
que se quede

.

Soledad Davies

Nació en Comodoro Rivadavia, Chubut en 1983


la carne que nos das de comer
es piedra preciosa
disuelta en el paladar de los astros

.

la palabra
dice
no existo
para que no la acune

mientras la quiebro
dice
miento
para que baje mi bandera

entonces
me levanto
y le canto un himno

dejo que se vaya

.

los árboles se han rendido
sin entender aún la primavera

.

y cómo va a entibiar tu vientre
esta noche rosa
para alimentar a los muertitos
de ojos negros

cielo profundo

cómo hará entre tanta bruma
para pintar un cuerpo
y no quemarlo

no estamos preparados para la batalla
es solo devoción lo que nos queda

cómo hará entonces
para sorprender a la luna
y que no llore

.

Señores
por esta copa de vino he matado
escaparán todos por la misma tumba

por favor
no violes las reglas de los árboles
por ellos he matado

qué ha sido de la noche felina
para la Luz será un escándalo

espero el descanso de mis labios
espero blanca la frase del profeta
asustado ante los ojos abiertos

iluminada
guarda sus hijos secretos
en este tiempo de asesinos
muerte barata
quien no cree muere debajo de su cama
quien cree muere al sol
porque sabe que no hay dónde esconderse

diamante salado
por él he matado
he matado en todas las esquinas el viento
he matado la infancia de mi vientre
he matado por el verde musgo salvador
y es así como esta casa se cae a pedazos
en cada noche en cada vino del olvido
madre llorando la mujer perdida
hay que despertar al viento
derramar justicia sobre mi sexo
has visto el color de mis ojos
silencio

.

sediento de soles
dejaste mi nombre a la intemperie
recorriste un camino de pieles urdidas

siembra ahora tu mordedura
en la escarcha roja de mis labios

tú, huesped extraño rasgado de ombúes
sin fin, la gracia de tu tormento
se albergará entre los ojos del búfalo que recorre la noche

y tú viniste
y yo quería que entraras
y que golpearas a quienes comen de mi carne

.

quieres salvar la luna
y escupes al sol

no pasas desapercibida cuando
en la sombra
se siente tu aliento frío

muerete ahora
de rodillas
en un último grito desesperado

muerete arrepentida de morir

lleva tus bombachas gastadas

y

muérele
muérele aquí y ahora

repira mi fuego
y acepta el mandato

.

POEMA PARA INÉS

ángel
no pidas perdón al ver mis ojos
y mátame


del libro Poemas en Misa (2005, Fondo Editorial Municipal)
TRILOGÍA JUANA DE ARCO xxx

viviendo para ti sin salida

mucho menos la muerte nos librará
de los dioses
hagamos lo que hagamos
estamos cusodiados

.

con los labios abiertos
lo eterno ganará el juego
la fisura será resignada
por la arena

.

no pudimos ser tan hermosos
lo olvidamos

.

las palabras
en el poema
rezan

.

el poema
al escribirse
peca

del libro El Sexo de Dios (2005, Ed. Patagonia)
TRILOGÍA JUANA DE ARCO XX

no estamos adentro
debieron decirnos
nos devoraron

.

las palabras inocenten también matan
filo de la boca insatisfecha
muerden debajo
se comen la carne
beben de la mano de la cruz
no son inocentes
mienten

.

¿será una valentía
masturbarse con la misma mano
con la que se escribe?

del libro Azzzabache (2004, Ed. La Bohemia)
TRILOGÍA JUANA DE ARCO X

el punto
donde uno se inventa
para decir el espanto

.


el miedo es total
es siempre hacer el amor sobre una cama de espinas

.

la traducción de mis deseos es un crimen

.

robaron el tiempo de las almas
se aburren de las manos
y aún es temprano

Martin Schneider



el nene
y punto.

los locos siempre quisieron ser microorganismos
los locos huelen la libertad y le agregan algo
el loco cree en sí mismo
los locos son lo que tu deseas
el loco sabe que el tiempo es materia
el loco tiene frío mientras tú preparas un festín
el loco es un hongo entre los que son y los que están
el loco come licuado de letras con miel y hiel
el loco es un hongo loco
el loco amamanta niños sin leche en su seno
para el loco el sueño no es sueño pero ese es su contexto
los locos se disfrasan de alguien
los locos le temen mas a la vida que a una pobre piedra
el amor parió a los locos
el loco cuenta hasta UNO
los locos no usan relojes en hora
los locos se secan las lágrimas con la humedad de la sonrisa
los locos hieren las flores para que el jardín sea hermoso
el ADN de la historia es la locura
los locos caminan por selvas de hielo
los locos conocen las guerras y juegan a amarse
los locos son el color perfecto para pintar a dios
un loco sabe no hacer nada
los locos saben de la nada
la locura trae siempre cuervos a su mesa
el loco es un estómago que se digiere a sí mismo
el perro del loco es amigo de las pulgas
para el loco todas las palabras merecen eufemismos
el loco, como el niño, lloran sin sentido
al velorio de los locos acuden las estrellas entristecidas
los locos son herejes de las mentiras
el loco en su molino hace cuentos
lo monstruoso para el loco es la escuadra
el loco es la mónada que mas baila
el loco es la pausa de la locura
el loco se la pasa atrapando el viento
el loco esconde su alma en una cajita musical
todos los dias el loco escucha la luna
el loco viaja en las estrellas mientras tú clavas un clavo
la sensibilidad del loco no conoce lo templado, lo liso, lo moderado ni lo justo
el loco es justo lo que el justo no es
el perro del loco vive dentro del perro del loco
el loco no ve monedas, ve prostitutas
la fantasía de los locs es la fantasía de los hongos
el loco es el producto de tus sueños, soñados al revés
el loco odia los productos
el loco es el árbol que ganó la maratón
cuando muere un loco la razón llora
como el loco se ríe, el serio se ríe
el loco es un dios sin omnipresencia, omniciencia, omnipotencia; pero es un dios
los locos son brújulas enamoradas
el loco explica paradojas
los locos juegan a jugar
los locos trabajan para la nada y en su tiempo libre para el todo
los locos juegan a que juegan
los normales temen a la espada de la locura

Eugenio Conchez Silva




Poeta pampeano

LA DESCONOCIDA EN LAS PRESENCIAS

hay una mujer ahí
nunca se movió
llora lágrimas de senos en mi círculo nocturno
tiene senos crueles de hambrienta tierra, una estrella con luz de carne
partida
mi vida, mi ansia infinita, todo viejo pudor
se ha alimentado de su respiración, del hermosísimo invierno de su silencio…
la callada, la física
mordidas las estaciones a veces se despuebla en un nunca
nunca
es una mujer de ahí
desnuda masturbada virgen levantada
es de nunca
estará siempre ahí
como lo que no nos fue destinado

habrá que huir de ella
como se huye de los niños, de la añoranza en los cardos negros
como se destronca una fe, como se arrepiente del martirio
será como negarse
como enrollarse en la primera leche
será como retroceder;
como abandonar la sangre en un callejón lleno de vergüenza

siempre es mujer lo que me duele
he sido lo grande en la liturgia de pensarla
asediándola con flechas llenas de líquido
vive ahí, dentro de lo lejano, cerca de nunca
me parece confundirla en ciertos gestos que me dejo repetir en la piel
desearla es haber muerto muchas veces en un lugar largo.
le digo falta hoyo dice nunca me bebe
nos bebió a todos los que intenté
rozarla es una sinfonía donde se pierde el sexo,
es como tajearse el sexo copulando con animales embarazados de dolor
(deja de beber, anúlame, no me hagas repetirlo en todas

o hazme una máscara)

le digo todas dice nunca
es una puerta para no existir

una vez fue vencida una vez
una vez dijo amor

pero eso fue en otro cuerpo

que ya no entiendo


ÁNGEL

Ángel, lloras? Lloras ángel? Lloras saliva?
Acaso tus muslos eran sólo espadas infecundas?
Sabes que tus pechos eran blancos como yo,
y me llagaban. Tan blancos fueron y fuertes.
Dime que yo era una lanza incontenible,
una lanza que también era una susurro o un agujero
prohibido;
lo prohibían los soles que no empollé en tu lengua,
los pactos,
las sangres elegidas,
las muertes que respetamos, nuestros hijos lo prohíben.
Acaso ríes ángel, acaso ríes mientras te florece mi semen?
Ángel-perra tráeme collares de tu jardín,
idiotízame como si fuera una pena,
como si repitieras tus penas para acabarlas vuélveme a ti,
a tu cuerpo peligroso y simple como una aguja
en un lecho,
en el rito de cuerpo presente, de anos,
de manos como peces eufóricos, y nucas,
de cuerpos de a ratos, y entonces cuerpos...
Ven a morir-nos,
vamos a oler catleyas en vaivén,
disfrázame con vestidos de Venecia o Roma,
quedamos los mismos en todo,
la misma épica irresuelta del deseo
donde cargué tus pasos en mis noches
de tiempo llenas.
Si yo recorrí tu cuerpo como un continente
de pinos que arden,
aré tu piel suave, larga como una botella.

(Me estás aniquilando una noción del mundo
y aún quiero olerme en tus catleyas...
entonces dirán que perdí,
completo y virgen como una palabra blanca,
que ya no soy,
dirán que escapó una paloma en demencia...
Lloras ángel, te ríes de la nada?
Y si fuimos reales? Gritarías por eso,
intentarías otra sonrisa, algo así como una mueca?).

Bestia hecha de flores,
levántame, la gente es extraña,
júntame de a muchas (pobre centauro sudado),
agáchate a las blancas selvas,
constrúyanme como a un heredero,
júntame, agáchanos como un vaso,
cállame como un vaso también.
Déjame treguar con los dioses en tus entrañas.
Dime que yo era una lanza enemiga contenible
en las venas de tu cuerpo, en tu espíritu,
en todo lo que soñarás.
Que nadie me prohíbe.
Y que eras una aguja, tan simple e inocente.


KAY 20/11/05

esperá, quedate
es que no sé muy bien cómo decirlo
pero afuera no llueve y los jardines
es que no lo entiendo
sé que esto no era el amor
pero es todo

y todo es como yo

traje flores, ahí sobre la mesa

las junté lejos de casa

para que no supieran nada de nosotros;
y no tienen padres
por eso son fáciles de cortarlas
las corté, simple
pero son hermosas viste

creo que nosotros también fuimos hermosos, algo como flores
pero no lo entiendo
es eso

bueno, es que las corté para que te quedes
para que te expliquen
no, no es eso
canta un pájaro afuera del cuarto
lo escuchás?
no sé qué dice
pero quisiera decirte eso

sé que no te gusta verme clavado a las botellas
de temprano
pero es que muy pronto en mi vida fue demasiado tarde
y las tomo aunque no las entienda
es que fue la vida y otros desastres
no hay cómo decirlo
es que pasó el tiempo, me cortaron
y devine esta cosa tremenda y hermosa
es que pasó el tiempo,
habrá sido el tiempo, no sé
pero lo voy a juntar más tarde

no lo digas otra vez
sé que te gustaría que no existiera
o que lo disimule,
que no hubiera en el mundo una verdad como la mía,
no lo sabías no?
antes no sufrías lo desconocido
pero soy
y tampoco me gusta

la gente es un invento que ha fallado
sí, tal vez debería engañarte
es duro
pero no, no llores
acurrucate acá
voy a inventarte algo
una vida
otro dios

no te sirve, famélica, esta vida que llevo
entiendo que los poemas no sirven, quizá ni los entiendas
no les puedo poner miradas, voces, ritmarlos con tus gestos,
no muerden, no se acuestan, no paraísan
ni siquiera tienen razones para que te quedes
pero son míos
los hago para no ser siempre yo

unos tras otros los lanzo
como trompos a girar en nuestras faltas,
se apagan, no eran eso

y entonces me tomo no sé cuantos whiskies
para ocultar el silencio
para perderme
sé que esto no era el amor
pero me entras despacio en la cama
no te conozco y me cuidas
no lo entiendo
tal vez sepas que sé algo que no se puede decir o/
respetas el abismo, lo postergas para que no lo termine de entender

por eso te corto flores
y te voy pegando pétalos en las heridas,
para que recuerdes el olvido
te voy pegando pétalos contra mí
para que algún día seas una flor
que no me conozca
y entonces te paso vino por el sexo
ya sólo hablan mis ojos
estoy fuera
(y allá llueve)
de mirarme un día te quedarás con mi alma

pero quedate
soy un animal incapaz del olvido
y a veces incapaz de dios
quedate
te puedo ofrecer ser todo

no me entiendas
eso está demasiado lejos
quedate
con lo que vuelve
esos restos, siempre ese naufragio
grosero
enamorate de todo lo que no digo

yo no estoy…
pero vuelvo para tocarte

no lo entiendo
ya no sé dónde estoy vivo

y a veces, cuando puedo,
a veces
abro acá los ojos
y digo te amo

no es eso
sé que es tan poco.

María Julia de Ruschi Crespo

Poeta argentina

del libro Polvo que une (Ed. Cultura Hispánica, Premio Leopoldo Panero 1974)

EN LOS SUEÑOS

sólo hay muertos
que no quieren morir

HAZ ALGO - DIZ ALGO

HAZ ALGO
DIZ ALGO
mi brazo está muriendo
mi pierna está muriendo
mi dedo mi ombligo
mi labio mi ojo
muriendo muriendo
mi otro brazo muriendo
mi otra pierna muriendo
y yo no quiero morir

HAZ ALGO
DIZ ALGO
vuelve a contarme aquello
de lo que solíamos reírnos
estoy pendiente de una inspiración
de una espiración
de un latido
siento como
en una inspiración
en una espiración
en un latido
puedo morir
y yo no quiero morir

acércate
estoy sobre la mesa
entre los cirujanos
desnuda blanca y ciega
y el pensamiento una uña
cargada de relámpago
acércate
estás aquí
ves mi pecho abierto
y la sangre que se empapa tibiamente
de silencio
hay demasiado luz
voy a apagarme
retenme
detén la transparencia

HAZ ALGO
DIZ ALGO
estoy tan sola ahora
tratando de no espantar un latido
una pulsación
un hálito
y hay un algo que me inunda
y que se hiela
un sabor blanco
baja a cerrar
mi garganta
todo es tan blanco
el techo y los muros blancos
la blanca luz de mi cuerpo
la blanca inutilidad de una sonrisa

y no hay nada donde habitar esta soledad
no puedo crear nada para desaparecerme
el pánico me sujeta inmóvil a esta blancura
¿es una espada esta luz blanca?
¿es el tajo
de la espada de la sombra?

¿quién envía
al ángel resplandeciente
que arranca de raíz
el árbol del misterio
y siembra la isla más blanca
en el instante donde la locura
encuentra a la memooria
y regresa vacío del absurdo
¿quién divide
en vida y muerte
el único lenguaje
de los hombres
-los muertos nada saben-

y yo siento
que voy a morir
y siento
la vida
en mí punto de seprarse
de mí
siento mi vida
como una ráfaga
de agua
o de luz
que advierto solamente
porque ya me abandona

HAZ ALGO
DIZ ALGO
desaparecerán la luz
los cirujanos
el amor
mi cuerpo
el terror
y mis deseos
¿qué haces ahí?
a la cabecera de mi soledad
a los pies de mi soledad
mirándome
esperándome
sabiendo que ellos separan la vida de mi carne
con el filo de la nada

¿es indiferencia?

¿una pesadilla?

despiértame
funde esta luz despiadada
con algún canto
con algún hechizo del canto
con tu voz
que tu voz me retenga
tus palabras son cuentas en el hilo
son cuentas de música sagrada
en el hilo blanco en la mano blanca
no tengo sed
no tengo hambre
sólo
tengo
una especia
de recuerdo
muy frágil
a punto de derramarse
toma mi corazón
en tus manos
¿son puras
tus manos?
qué sacrificio
a qué dios
a qué inaudible
mensajero de lo sobrenatural
cuándo

HAZ ALGO
DIZ ALGO
acompáñame
o desaparece

esto no es la agonía
esto es demasiado simple
y perfetcto
ellos
son inmortales
los cirujanos
las madres
y los hombres buenos
y tú
no me alcanzas con tu amor
dejas que el instante toque mi corazón
para hacerlo caer en algo parecido al sueño
pero si supieras
qué aniquilamiento
qué contrario a mí misma

ahora ellos están condenados
a observarme como a un pez
que ha mordido el anzuelo
y se sacude sobre las piedras
bajo el sol implacable
un sol implacable son los ojos de los vivos
como quien quiere seducir a un pájaro huidizo
a un pequeño juguete enfermo
como quien enciende un juego con los signos de la noche

así
muero

en el último grito de mi corazón

que se niega
que se nuega

HAZ ALGO
DIZ ALGO

no quiero morir

tengo un reino
y estoy en el cuerpo de un ser abierto por la luz
aún no soy todo lo que nombro
para no morir

y con qué espanto mueren los animales
y con qué espanto
deseo vivir

1º DE OCTUBRE

1
la muerte
incita a las flores a la voracidad------
en el origen de las palabras amadas hay deformaciones
de las cules todos querríamos ser el cadáver
el cadáver perpetuo y sonriente-------
en el origen de la belleza la piedad está ausente

mi boca está de luto por el dolor que adora y muerde
-cuando la sangre llevaba la palabra muerte
cuando la boca dijo muerte!
oh amor mío
mi boca canta adora y muerde
las palabras entran al bosque
hacen sangrar las hojas
y dejan en la tierra semillas de cadáveres

las sombras nos nombran y cuando se les pregunta
callan
acorraladas

amor mío
la muerte canta a media voz y nace la mañana
es el cuerpo dividiendo la noche
y la mano sin vida que busca
la mano ausente de dios

las voces
se tocan en el polvo se aman
en el polvo se aman

este mal
¿qué hipocresía vino a confundir?

¡los muertos recientes tienen
esa expresión de asombro!

Sergio Mirabelli

Nació en Anguil, La Pampa en 1976.

del libro Música de los días (2006, Museo Salvaje Ed.)

EL MURO IMPASIBLE

I

¿Qué manos secretas
levantaron el muro impasible
entre mi corazón y el sol?

¿Qué manos, al salir de la infancia,
me sumergieron en el lodo de la culpa,
en las hierbas devorantes del silencio?

Manos que yo besé aturdido
mientras danzaba ebrio de las sombras
y de la espuma amarga
que dejan todas las derrotas

¡Es verdad que he juntado tanta ausencia en esta copa!
¡He besado tanto la ceniza!
He bebido del agua melancólica de las tormentas
y he bajado, en silencio,
)mientras en mis dedos se deshacían
los últimos gajos del sol)
por las gradas somnolientas
de una torre enterrada
que conducían a un río de desquiciada sal
donde un muchacho con mi nombre te buscaba a gritos,
extraviado entre los pétalos alucinados de la noche
y he vagado tanto
perdido en el delirio de oscuros corredores
y he encerrado tanto mi estatura
entre espejos mordidos
que quizá yo llamara
con desprevenida sangre a mis verdugos.

ME IRÉ

un día me iré
por las hierbas azules
que crecen en el cielo

sabio y desnudo, hermoso y solitario
en una barca
sobre las crines salvajes del ocaso

atrás quedarán los hombres con sus pálidas linternas
atrás los días ebrios de cenizas
la luz tatuada de silencio
allí donde la noche pulsa y canta

un día el otoño me teñirá como a una música

no más sombras
no más sombra tatuada en el silencio
no más desangrarse las manos
al remontar el barrilete oscuro de los días

sabio hermoso y solitario
en una barca
un día me iré por la cabellera del viento

como esas hojas solas
hacia el perfume del jardín
las sombras, el sueño de la tierra

Magalí Garcea




Poeta y fotógrafa nacida en Buenos Aires en 1981.

del libro La Palabra Laberinto (2004, Yugen)

Nombra algo
una sola cosa
que no dudes

.

El mundo era una orden

.

Roba la poesía belleza
y dispara

.

Prohibido
usar la palabra

Prohibido usar la palabra
que sabes
que sabemos
que de saberse

Fuiste tú

.

En la noche
No en la oscuridad

.

Ríen de mis manos y mis ojos
El poema pasa por mi frente
haciendo ruido

Prometiendo
Perdonarme
Solamente

.

Vivirás
las preguntas
que te hagas



del libro ellOs (2003, Eco Ed.)

Una voz para la mía
que no puede

.

Madre
déjame volver a ti

Quiero saber nacer

.

Y en cada país aprender siempre
la misma
palabra

.

En mi vientre
un niño llora
para que yo entre

y Dios nos acaricia con sus guantes

.

Hablo de poesía con los niños
que viven en mi vientre y no nacieron
como si la mujer en mí hubiese fallado
como si la muerte allí tuviese miedo

Debrik Ankudovich




Nació en 1961. Vive en la Patagonia.

del libro Veneno para hormigas (1998, El Rey Tuerto)

RECUERDOS DE INFANCIA

Qué terrible
el ladrido nocturno de los perros;
cuando no hay adónde ir,
ni qué comer,
ni a quién tocar.

A PESAR DE TODO

Aunque te escupan
te pisen, te cuelguen, te nieguen;
aunque te ofrezcan al paso de los trenes,
miénteles siempre
con la verdad

PASEO COLÓN 797

No soy de este sitio.
Huelen mal, muy mal,
sus porfiadas criaturas
que no reclaman misterio,
peregrinos funcionales.
No soy de este sitio,
tampoco de otro.
En el hueco solemne
respiro,
respiro,
y no obedezco.

LUCIERNAGAS / ALACRANES

Rezan, están preparando otra venganza

.

Escribo por las dudas no aparezcan las verdades.

.

Ser es nocivo.

.

La respiración es el mantra de los sobrevivientes.


ESCRIBO

Escribo con la mano que no sabe escribir
dibuja a destiempo, torpemente
lo que el alma descarga tempestuosa
¿Acaso los ojos no son dientes
para detenerse en lo apetecible?
Están tan lejos
esos pájaros que vuelan de cerca.
Escribo cuando la poesía se aleja
escribo sus restos, su cadáver exquisito.
Escucho en la multitud (donde vivo escondido):
Pobres los pobres.
¿Yo?: Bien.
He descubierto algo novedoso,
temiblemente bello, oculto en el iris,
es un brillo salvaje,
un destello entre tanto naufragio,
una medalla al menos, salvable.
¿Deberían los hijos ver hombres desesperados?
¿O dejar que respiren su dulzura
en el paladar de los tragamonedas?
Pero no hay nadie allí afuera, nadie;
sólo barcos vacíos,
bosques encendidos.
¿Y ustedes señores?
Tanta vida ganada en la rapiña,
para confundir al poeta con ropaje de payaso
y mejor acorralar a la inocencia.
De todas maneras escribo,
escribo lo que sobra
al silencio del corazón que desborda;
de todas maneras
el espíritu vendra por todos.

VENENO PARA HORMIGAS

Por abandonar el ceño
mirando al extraño de mi
por configurar razones
con cómplices inexistentes
por no temer a la sentencia de lo invisible
por creer en las puertas numeradas
por la obediencia inmediata y crepúscula
por los oros donde balan y balan
los corderos degollados
por distinguir claramente
pájaros entre cuervos
por prestar los brillos
y quedar a tientas
y avergonzarme
de los nombres de las calles
por escuchar a Silverio
silbar tangos harapientos
por irme con otros
y volver solo
espantando perro sonámbulos
porque una noche
vinieron vuestros hijos
a buscarme
a que cantara canciones olvidadas
porque amé los ojos de esas mujeres
hasta quedarse dormidas
sobre el hombro insomne
y luego juntas
planearon asesinarme
porque me vieron, me sorprendieron
escribiendo paredes nocturnas
las palabras porfiadas
las dagas celestes
porque allí afuera
me están arrastrando
para quitarme unas monedas
porque supe que el asfalto
tapaba los huesos de otros
porque el ángel me atropelló
el duende me habló en lo bajo
y la bestia
me golpeó la osamenta
porque pisé la escarcha desnudo
miré la estrella que aún quedaba
y oriné en el cuenco de las manos
porque fui a otros sitios
o olvidar al niño que fui
y todavía pesco peces
indago el rumbo de las aves
porque bebí desahuciado
y me desalojaron del infierno
por desconfiado
-allí también vendían veneno para hormigas-
porque he sido puesto a prueba
y perdí la cabeza
entre las manos
porque soy una animal místico
un corazón inteligente
porque no tengo rostro
porque ya no me voy a morir
porque ya no me voy a morir.

FUEGOS FATUOS

Es cierto. Whitman era un cocodrilo pedante
un engreído en la lírica, sus discípulos
vomitan bilis, apestados
por un falso oráculo
sus dedos señalan un cielo que cruje
abajo los profetas mastican basura
abajo miden sus penes los felices,
contraste de la infamia.
Pero él, sacerdote de pequeños bigotes
balgas rojas azotadas por la hembra
pequeños también sus ángeles derribados
envenenan aún
los ojos de los perros que vigilan
los dominios
donde la estupidez se revuelca
en su tango partido
perdidos cerdos flacos del festín.
Sin embargo
Artaud ha difamado al mundo para siempre
y muerde mis pliegues retóricos,
dulce sueño que no duerme
ignis fatuus, la palabra del doliente.
Nadie enciende las lámparas, Felisberto,
complicados los rumbos, complicados.
Es cierto. Lo incestuoso es no reconocer
el gesto de la serpiente
el ombligo de la horca
los ácidos del sudor
el momento exacto
la acción efectiva del deber
la limpieza del ansia sublevada.
¿Qué es el crimen
sino la imposición de un silencio
en la perpetuidad de la memoria?
Matarían a su madre
por no comulgar en la clemencia.
Es cierto, la orden, la ejecución del secreto
la sueñan y la dictan las élites
pero luego nos llaman
alrededor del humo
a la hoguera legítima
para dar testimonio
a oler el cadáver
a tocar el delito
a sellar el acta manchada.
Entonces es cierto, auqneu sea espuma.
Nada ha quedado vivo del sueño primero
nada ha sido quitado del camino
ni la rama quebrada
ni el cuerpo caído en la saña
ni los serviles conceden perdón
ni las campanas suenan como deberían.
Es cierto, pero nada se detiene
en la cueva luminaria.
Las moscas engullen
la estatua de santos asesinados
por un dios acechante
en su répplica cíclica, colérica.
Bienaventurados los que soportan
el peso de la pasión
su llaga definitiva
su costado sorpresivo.
Dice el chamán:
la enfermedad es el ocio del alma
que escapa ante tanta negación
Pero los ciegos buscan el estallido de los astros
para cometer la hazaña de la luz
en el trapo sucio de la inocencia
limpian sus ojos doloridos
su mueca fatigada, su grieta sin límite.
Es cierto.
Mi mano dormida está izquierda.
¿Quién por mí esta noche
pondrá las piedras en el borde,
para ser barridas por las aguas?

SEPULTURA SOLAR

¿Habéis amado lo suficiente
para merecer sepultura?

Tus huesos allí abajo
deben ser un triunfo.

Miguel Angel Bustos




Nació en Buenos Aires en 1932. Fue desaparecido el 30 de mayo de 1976

del libro Fragmentos Fantásticos (1965)

4

Golpea la puerta. Si nadie responde, entra. Entra y háblale
aunque no esté ya más.

17

Reza, reza, hasta que se te gaste el Dios.

18

Un sueño me interpreta. No sé si me comprende.

62

San Jorge, por televisión, contó su duelo con el dragón.
pero su victoria proclamada era mentira. En Otra Parte el
dragón relataba a la vez su triunfo.
Los dragones son terribles. Mejor decir que sí, sí, sí.

63

Escribe condenado. Escribe infinito.

Leticia Hernando



(robé esta hermosa foto del blog de Maldita Ginebra)

del libro La Alegría del Desarreglo (2005, Ed. La Guillotina)

Mi memoria entera
estalla
y se desparrama.

Cómo decirte:
juntá los pedazos

yo solo ladro.


ASILO

Tus mano una contra otra
bajo tu mirada/ tus manos

una contra otra/ tus uñas
negras laceran.

Laceran.

ASILO IX (DE BOCA AL OCASO)

Ya perdidos los ojos,
des-enamorada de la sangre,
abre las piernas al silencio, para
ofrendar sus fragmentos.

CONSTANTE

I
Doblada, en su cuerpo:
la hoja la halla en blanco.

Cuenta los segundos perdidos buscando su verbo.

.

voces sin crisparse
voces centinelas de nada
los nombres
no piden cuerpo ni tienen sangre


textos extraídos de Las Vacas Sagradas (Verano 2006)

DELTARIO 1

Una loba que sueño rosa,
sobria y loca,
planta ladrillos en todas las ramas de un delta.
Y dice (junto a cada ladrillo):
vida mía. Putita mía.
con una persistencia asombrosa.

DELTARIO 2

porque atrás, en la memoria,
el cántaro sigue intácto junto a su fuente;
harían -piedra sobre beso, beso sobre arena-
(por si acaso quisieran beber musgo tierno)
de los restos una casita
Allí: donde frondosas.

Marcelo Silva



Poeta virginiano nacido en Paso de los Libres, Corrientes en 1976. Actualmente reside en Brasil.

del libro Diario de un argentino (2004, Ed. Patagonia)


me hago la distrída
perder el tiempo en cosas insignificantes
es mi forma de ganarlo
por eso contesto cartas que jamás recibí
envío sobres a cualquier lugar
siempre repito que aquí estamos bien
hablo de los últimos sucesos
les digo que fui besada por el fuego
y me lo bebí
miento

.

en cada habitación hay voces
quieren llevarme a otro lugar
tatuarme en los seños una tarde
en que llovieron astros a orillas del mar
decirme instantáneas de París
noticias breves como suspiros
contarme la misma canción
ahora que estoy sola en casa
y quiero ser la loca
la sorda
la que besa el aire
con los cuatro labios de su amor

.

estoy harta de mis recuerdos
así que invento historias
me las creo para darme un pasado
como decir: un día atravesé el invierno
en un tren de miniatura
entré a Estambul en primavera
en cualquier pesnsión tomé una cama
un dólar habitación compartida
subí cuatro pisos en la oscuridad
abrí la puerta y el tiempo se detuvo (...)
estabas solo
desnudo en tu propia luz
tenías el sosiego de quien lo ha visto todo
dijiste que me esperabas

.

ya nada me salva de mí
ni siquiera estos versos de loca
esta absurda costumbre de soñar despiesrta
jamás se me ocurrió una historia que terminara bien
siempre me dio ocupado el teléfono de felicidad
ahora fumo un cigarrillo tras otro
me como las uñas los labios el corazón
todo para matar el hastío
para no darme cuenta del tiempo
seguir envejeciendo en un sillón
marcando siempre el mismo número
esperando que alguien atienda y diga
equivocado

María Silvina Ocampo


Más conocida como Panchi. Poeta nacida en Esquel, Chubut. Hace años reside en Río Gallegos, Santa Cruz

del libro TierraLlama

Soy fiebre
y amalgama del vacío
Soy el mar
y su arrepentida sal
La piedra
y la sombra del olvido
Soy debajo del mundo
la otra palabra.

.

Salen las lunas a parir los ojos
Ojeras la piel intemperie de la risa
Ríe la mueca desesperada muerte
Grita tierra húmeda la sal
Muero la hoja el pulso el mar
Celoso lo cierto pierde su lluvia
Mares de octubre mareas en celo
Lluvioso el sentido extraviado adentro
Adentro las piedras el ojo y el hambre
Adentro los palos la herida y el hijo

.

¿Quién escribe el regreso?
¿La calle que silba todos los amaneceres
que sabe mis sueños
uno por paso hasta la victoria?
¿Hasta tu corazón de fuego en el volcán?
En el corazón de Rosa la tierra llama
Quien escribe el regreso
uno por paso sabe
teje las hebras de la memoria
desde el principio
desde las lágrimas hasta el camino
hasta la palabra siempre.

.

Digo el suelo que muero
Pueblo como busca
como pueblo su memoria
Celinda sueña la corrida
sueña para todos la olla
Como el pan como justicia
Como come el plato su herida
vacía que llama entre los dientes
Todo sucede y más
que no se nombra
pues el que sueña para todos
sabe.

Diego Roel

Jóven Poeta platense

del libro Padre Tótem / Pscuros umbrales de revelación (2004, Libros de Tierra Firme)

PADRE TÓTEM

en tu ausencia, Padre, escucho los aullidos de los ángeles
aullidos de mi voz que son mi voz de nuevo aullando

y también veo las muertes
de Dios las palabras el amor la poesía los cuerpos

en tu ausencia, Padre, entreveo tu Rostro
donde confluyen todos los caminos
todos los sentidos
todo lo imposible

porque tu Nombre es vasto y denso y musical
no quiero perderme otra vez en tu Nombre
no quiero perderme otra vez en tu Nombre: la Ley

Padre, en tu ausencia me acuesto con mi Madre

Padre Tótem:
vuelve a parirme desde adentro
a engendrarme como a un triste despojo del planeta
vuelve a parirme y a sangrarme

porque yo quiero nacerme con tus manos de animal
alojado en el tercer cielo de mi sangre
y quiero tus ojos tus manos tu piel
para arrojarme al fin sobre los brazos de mi Madre
y entrar al círculo infinito de los viajes

quiero parirme y sangrarme en las orillas de tu Nombre
porque eres mi hijo/ la Ley/ un sueño
eres mi hijo nonato

Padre Tótem: necesito un cuerpo nuevo
Padre Tótem: yo quiero mi cuerpo secuestrado
por los crueles emisarios de los Vientos

entonces
mi Madre es una inmóvil caída en espiral
una ráfaga de alucinados infantes de los sueños
mientras pido socorro y me pregunto: ¿dónde estoy?
mientras pido socrro y me pregunto: ¿hasta cuándo?

ahora que regreso del viaje
sin un Padre sin un Tótem sin auxilios ni guaridas
aquí sin Yo sin nombre propio todavía un animal
cosido al silencio con el silencioso hilo de los muertos

aquí, sí, aquí confieso:
sólo tengo las piernas abiertas
en un brutal gesto de parirme

NOCHE SOLAR

ahora que nadie vive
me renazco y vivo en mí
es posible
ahora que amanece y anochece adentro de los círculos

entonces giro y me llamo por mi nombre
giro y me ato al potro de tortura de mi Padre
de mi Tótem de sangre de los altares del cielo

estoy en Él
en sus ojos livianos como guerras
azules como estallidos de palomas
estoy en Él y Él en mí

estoy en su abrazo en su frenesí
en su veulo de noche alta y solar

por eso digo:
tengo los pies crucificados
y soy las partes que mi nombre deja
soy un grito en expansión
la ansiada espera de mi Padre
de mi Madre encuelta en llamas de varón

digo no digo me fragmento espero:
todavía no hay tiempo en el Tiempo
todavía no me nazco

no me puedo matar tan vivo

no puedo alzar los ojos en fusión de vírgenes voraces
no puedo pronunciar una palabra el nacimiento
mi caída de espiral en espiral

entonces digo:
tengo los pies las manos los ojos
crucificado por la extrema luz del medidía

no me puedo matar tan vivo

porque no tengo un techo una guarida
un Padre Tótem que adorar o destruir
y mientras me circundan
las sombras de los oscuros ángeles del desasosiego

no tengo un nombre propio todavía

del libro Diario del Insomnio (2005, Libros de Tierra Firme)

NOCHE 21

Conozco a todas las criaturas del aire y sé sus nombre de
memoria. A veces me persiguen por las calles y me murmuran
extrañas historias al oído. Me hablan de una puerta del otro lado
del Viento que lleva a una Casa llena de polvo y de muñecos. Del
centro de la Casa emerge un Pájaro multicolor que tiene todas las
máscaras del miedo adheridas a su plumaje de humo. Repite
siempre estas misteriosas palabras: ya todo ha sido consumado.

Mónica Melo



Nació en Buenos Aires. Desde hace poco vive en China.

del libro Versión de la Noche (2005, Ed. Extranjera a la Intemperie)

-Soy el narrador. Lo seré hasta que termine de inventar tus
noches
-Yo acepté hablar porque creí que el libro habría de narrar-
se solo, sin la fatiga de la respiración. Hasta pensé en un fluir
continuo. No sabía que usted...
-Acépteme, como acepta su lenguaje
-¿Quién es el autor?
-Ya lo sabrá, no puedo describirlo, está tan lejos de mí, tan
dentro
-Por lo menos acá podré elegir mi vida. Inventarla, des-
truirla
-Cuente. Elija un amor, el áspid, la intemperie. Cada vez
que mezcla colores con silencios nace un dolor nuevo. Lo he
visto. Yo me hablo para que te digas
-Un verbo distinto. Señal de confianza. Me ha tuteado
-Te escucho
-¿Puede verme?
-Me horroriza la distancia entre tu voz y tus manos. La
memoria del cnetro de tus ojos. Parece que al crecer te detu-
viste muchas veces
-¿Esta viendo...?
-Tu mano, extendela. Las líneas se han marcado al dar
vuelta un sudor de hospital, lavaste sábanas de locos, apren-
diste a leer a escondidas, ahuyentaste la fiebre de un recién
nacido. Está escrita la pasión
-No ve entonces la tarde abovedada cuando vinieron los
perfumes de los higos a buscarme, ni la primera vez que con-
fundí mi sexo, ni los clavos de ataúd que...
-No veo más. El resto deberás contármelo, como cuando
las madres improvisan cuentos donde siempre terminan per-
diéndose y el final es de arroces o gólgota o campanas
-¿Y en ésta? Fíjese
-En tu diestra las íneas son más tenues, limpiaste el barro
de la suela de un hombre, zurciste dobladillos, llevaste baldes
con caldos atravesando un patio de tierra, escribiste cartas, y
ahora enseñás a escribirlas. Eso te gusta
-Debe leerse porqué no hay sangre en mi cuerpo y ocupa
el lugar la palabra
-Cerrá los ojos. Tengo que ver cómo entra y sale la muer-
te de tu pecho. Buscar la victoria de tus cejas, nuevamente tra-
zar el origen de la piel en aquellos instantes en que sonreíste
y vacilaste como un fleco de alcohol sobre las llmas
-Me romperá como aquel cuello de gallina que latió en los
nudillo de mi abuela y vuelve a romperse, inútil y atroz, ca-
da vez que lo recuerdo
-Haré del grito una obediencia y todos creerán en el río
que yo narre, no en tus lágrimas
-Dirças lo que yo hice
-Seré tu boca y mi saliva
-Lo que no pude hacer
-Cuando invente, ni vos te darás cuenta qué parte es la real,
tan viva estás en lo que piesno. Mis palabras son tuyas. Date
cuenta
-Escriba mi verdad
-Yo escribo mis versiones

MISIÓN

Todos los días, sobre la mesa: un pedazo de papel de má-
quina, las velas del altar, la biblia como un león atado, joven-
císimo. Las cintas, la copa, los evangelios en ediciones ma-
nuales, libros de lectura, dibujos de escarnios y Su Voz. Pura
corteza, noble fachada.
Reza el trascurso de la lluvia.
Descubre el gesto. Es poeta.
Le pasan en el cuerpo y en el habla: los ojos del idiota, el
corazón del pez sobre perfumes, el grado y fuerza del rostro
de los pobres, el duelo de Ciudad Santa, la mano con el Libro
enrollado, el profeta comiéndolo. Anverso y reverso de la bo-
ca y la plegaria.
Continuamente escribe el borde del misal, pierde la línea
que vive en el mandato, no logra que se cumpla el rito porque
pierde la lengua en la metáfora. El poema que no encuentra se
hace fe.
Al levantar la sangre grita: ¿por qué me hiciste separado
de Vos, por qué no tengo la palabra que yo quiero?

En el nombre del Nombre todo es Dios.

Graciela Griotti

Nació en Tandil. Reside en La Plata.

del libro de Dios de dioses y Tiempos (1996, Ed. Vinciguerra)

TU MANTA RAÍDA SE DEJABA
ENFRÍAR DE TANTA MUERTE

con pesebres abiertos en la piel/ con ráfagas
de ausencia agazapadas/ con una ternura agreste
incrustada en las pupìlas
te han visto desde el alba acuñando una canción a tu congoja
la turgencia de tus pechos inviolada/ un gemir ubicuo y
desleído traspasando tu garganta hasta el jadeo/ tú
nítida imagen de dicha transfigurada en loca/ tú
danzante de médanos y estrellas/ habitante de planetas
luminosos/ tú/ de prnto grotesca máscara en tu
fiesta negra/ casi bruma/ apenas
bulto/ ruego sin dios/ despojo
tú/ loca:
desde un mugido de dolor ácido que
te trizó barriletes y te barrió primaveras
tú/ loca:
desde una epopeya de siglos
mientras tu manta raída se dejaba enfriar/ de tanta muerte

.

adentro
todos los pájaros
repiqueteando
y los vientos que no llegan
a pronunciar/ El Nombre





recorridos los caminos

ya no pude
perdonar al Tiempo

Zoe

Aldo Luis Novelli


Poeta neuquino. Vive.

del libro la noche del hastío (2003, Ed. Limón)

JOSÉ

Todo sucede en el momento menos pensado
cuando ya nadie esperaba encontrar la tijera
ella aparece como por arte de magia
arriba de esa pila de libros
donde nadie absolitamente nadie/ la había dejado.
De esto habñabamos el otro día cuando
José el párroco del barrio
doblando la sotana en la silla
encontró la bonbacha que María
hacía días buscaba con desesperación.

EL ENCENDEDOR

-¿Vos tenés mi encendedor?- le grito
-Sí- contesta desde la ducha
impaciente me quedo esperando.
al salir pasa a mi lado sin decir palabra.
-¿Y?/ mi encendedor/ estoy esperando-
-Yo que sé de tu encededor-
-Pero si vos me dijiste que lo tenías-
-¿Yo?/ yo tengo el mío-
-Pero será posible/ siempre lo mismo/ ¿dónde está mi
encendedor?-
-¿Y yo qué tengo que ver?/ ¿Por qué debo saber?-
Y empieza otra terrible discusión
por cosas tan trascendentes como
la vida/ el odio/ la muerte
y el encendedor.

Al rato prendo un cigarrillo y pienso:
sé que me estoy excediendo
pero no puedo contenerme/
me excedo
ése es mi límite.

Héctor Delfor Mandrioni

DIÁLOGO ENTRE POESÍA Y RELIGIÓN

-1-
Con razón se ha dicho que la poesía, la filosofía y la religión constituyen las tres grandes potencias del espíritu. No faltan quienes ven en ellas proclamación de palabras impotentes e inútiles. El deslumbramiento que causa hoy la tecnociencia y su producto, el bienestar, suele ser el origen de estos juicios. Solo la convicción en la existencia de un más allá de lo estrictamente empírico, a saber el espíritu, está en condiciones de entender lo que significa lo “inútil con sentido”. De ahí que el suelo en el que arraiga la poesía como así también la filosofía y la mística, junto con la teo-logía, es precisamente la fuerza de la “palabra”. Esta no es espada, pero puede vol-verse el filo más potente; no es oro pero puede convertirse en el tesoro más busca-do; no es voluptuosidad pero puede ser fuente de gozo y de júbilo.
Nuestro intento es ofrecer algunas resonancias que se establecen entre la poe-sía –en sus formas más sublimes- y la religión, en sus figuras más insignes.

-2-
La historicidad del ser humano se desenvuelve a través de épocas, y éstas quedan signadas por los distintos contenidos que las definen. Cada época tiene un rostro positivo y otro negativo. Existe hoy un consenso generalizado acerca de la primacía de lo negativo en lo que respecta a los tiempos que nos tocan vivir. De ahí la responsabilidad que los poetas, los filósofos y los teólogos asumen en estos mo-mentos de crisis.
Escuchemos lo que dice M. Heidegger:
“En el siglo de la noche cósmica es preciso que el abismo del mundo sea explorado y sufrido. Mas, para esto es necesario que haya quienes lleguen al fondo del abismo.”
¿De qué “noche cósmica” se trata? Para Heidegger es el “falso día de la técnica”. Es el “ser” opacado por los “entes”. Es el pensamiento esencial y meditativo despla-zado por el conocimiento calculador. Son las palabras sustanciales que quieren nombrar el “origen”, apagadas por la charlatanería trivial de la informática actual. Es el destino del hombre desnaturalizado por la renuncia al misterio. Y, ¿cómo no re-cordar el vocabulario de Juan Pablo II cuando hablaba de la actual “Noche ética” en que hoy se halla sumida la humanidad?
¿De qué “abismo del mundo” se trata? En ese abismo del mundo, inaccesible al pensamiento calculador y a los ojos de los amores pervertidos, se encuentran los ejes del sentido, que ofrecen la clave para disolver la actual “insignificancia” de la que habla Cornelius Castoriades en su libro El ascenso de la insignificancia. En ese abismo residen los lugares de donde pueden surgir las decisiones fundamentales y fundacionales. En esos “tópoi” se hallan las voces profundas del ser y de los oríge-nes, y los estratos más hondos del “Ethos”. Es el lugar de las palabras en el exilio y de las significaciones anteriores a las palabras. Lugares de las vibraciones y los rit-mos primordiales; límite último en el que acaba la música y empiezan los ruidos.

-3-
Todo esto nos lo dicen los poetas con las palabras cuyo significado viene ro-deado de un halo de matices y sugerencias. Dice R. Char:
“Erramos junto a brocales de los que se han sustraído los pozos.”
El agua de la vida se ha vuelto virtual: solo queda la apariencia de lo que fue. Y el hombre no “habita” la tierra: se ha vuelto errante. Es la era de los signos vacíos: puros símbolos sin realidad. Los brocales sin pozos con agua son símbolos sin rea-lidad simbolizada. Con razón se puede afirmar que los símbolos modernos, son sig-nos del aniquilamiento de lo que antaño fue la realidad divina: signos de la ausencia. El simbolismo moderno no es inseparable del “nihilismo moderno”. ¿Cómo hablar de Dios si sus signos se vacían? ¿Qué camino tomar y cómo orientarse?
En especial, para el poeta y para el hombre religioso que piensa: ¿Cómo orien-tarse en el lenguaje? ¿Cómo orientarse en el “paisaje de ceniza, desierto y ausencia de toda huella”? J. Greisch, comentando un libro de poemas de Paul Celan, titulado La Rose de Personne, afirma al término de su profunda interpretación:
“Este inacabamiento del poema, que por eso mismo es pala-bra circunscrita, muestra suficientemente que la intervención de la nada es un acontecimiento inquietante. Pero él se sitúa en el justo medio entre una clausura y una apertura: es necesario cerrar las puertas de la tarde, y abrir la puerta de la mañana, aún si este úl-timo acontecimiento es en sí mismo inacabable. La mística espe-culativa oponía de buena gana el conocimiento vesperal y el cono-cimiento matinal... Sería posible hallar un eco de esta distinción en el final de este poema. Con ello se abre la dimensión más secreta de la Rose de Personne, la más difícil de decir pero tal vez la más esencial también: su dimensión de esperanza.”
Según Greisch, P. Celan es uno de los raros poetas que supo dar palabra a la esperanza, hasta el punto de definir la función poética como acto de esperanza. Pa-ra P. Celan, los poemas están siempre en camino; se hallan siempre en relación con algo. Hacia algo que se mantiene abierto y podría ser habitado; hacia un Tú, con el que tal vez se podría hablar; hacia una realidad próxima a la palabra. De este modo “la palabra de exilio puede volverse palabra de anábasis”.

-4-
“Acto de esperanza” y “palabra de exilio convertida en palabra de anábasis”, alojan contenidos verdaderamente “solemnes que conmueven y afectan la mente y el corazón del cristiano. La Rose de Personne puede volverse la Rosa Divina tal como lo dicen los versos finales de la The Unending Rose de Borges:
“Soy ciego y nada sé, pero preveo
Que son más los caminos. Cada cosa
Es infinitas cosas. Eres música,
Firmamentos, palacios, ríos, ángeles,
Rosa profunda, ilimitada, íntima
Que el Señor mostrará a mis ojos muertos”.
Aquí las palabras en exilio se vuelven palabras de elevación y ascenso a lo di-vino de modo que la Rosa de nadie se vuelve la Rosa Divina. En manos del poeta y de sus símbolos y metáforas la Rosa celebrada se torna infinitas cosas. “La natura-leza es un templo de vivientes pilares”, decía Baudelaire, de modo que el hombre pasa a través de “bosques de símbolos que lo observan con miradas familiares”.
Nos hallamos ante una gran poesía que es esencialmente celebratoria. Estas consideraciones nos llevan a reconocer el poder creativo de la palabra poética y de la fuerza del lenguaje como tal. Este poder creativo de la palabra “mágica” lo expre-sa Joseph von Eichendorff de la siguiente manera:
“Duerme una canción en todas las cosas
que ahí sueñan y sueñan, y el mundo se
pone a cantar con solo que encuentres
la palabra mágica.”

-5-
Paul Ricoeur ve en el hombre un ser “capax”. Capacidad de hablar, de obrar, de narrarse y de ser responsable. Pero indudablemente el “habla” es una de sus maravillosas capacidades. Exclamaba Rilke:
“Nada es tan poderoso como el silencio.
Y si no hubiéramos nacido en el seno de la
Palabra, jamás podría haber sido quebrado.”
Pero ¿qué es el lenguaje? Podemos afirmar que el lenguaje, como “habla” es un acto simbólico, mediador, referencial y diferencial, por cuya virtud surge la tesis de un sujeto humano y, simultánea y simétricamente, se cumple la epifanía de un mundo. Referirse al otro y retroreferirse a sí mismo en el acto de hablar constituyen anverso y reverso de un mismo acontecimiento.
Como puede apreciarse por el acto de hablar “co-nacen sujeto y mundo”. “Que ninguna cosa sea donde la palabra falte”, decía Stefan George.
La raíz última de la palabra es el espíritu. Gracias a su poder se hace posible aquella apertura al mundo como conjunto de relaciones que permite entender al ser humano como “un ser en y con el mundo”. Por el espíritu interpretado como luz sur-ge la “inteligibilidad” de todo lo que “es” y la capacidad de poder conocer y saber. Por el espíritu, entendido como apertura y luz se cumple la “presenciación” de la realidad.
Pero interesa ahora destacar el lenguaje poético y la metágora. A favor de una reflexión cumplida en torno al valor y alcance de la metáfora podrán aclararse las profundas relaciones que median entre la religión y la palabra poética.

-6-
La palabra poética entendida en su dimensión metafórica puede ser compren-dida como una “redescripción de mundo”. El lenguaje poético es capaz de abolir la referencia del lenguaje ordinario, descriptivo en primer grado, didáctico, prosaico y usual. En virtud de esta capacidad de poder suspender esta significación primera de la palabra que apunta a la realidad natural, se vuelve posible abrir una nueva di-mensión de realidad entendida como Fábula, Ficción y Mito. Es la referencia de tipo metafórico.
Se abre un nuevo espacio y un nuevo tiempo. El poder de la palabra en clave metafórica suspende el entramado de las relaciones habituales y rutinarias. Abierta esta dimensión, la poesía revela posibilidades inéditas del “sí mismo” y manifiesta nuevos rostros de las cosas.
Como toda palabra, el lenguaje simbólico del poeta, tiene el poder de reunir; o sea, reunir lo múltiple en lo uno. Pero su modo de reunión es específico. Dice Clau-del:
“La metáfora, al igual que el razonamiento,
reúne, pero desde más lejos.”
Es una nueva lógica que escapa al ordenamiento conceptual y es capaz de re-unir lo que la lógica de la razón rechaza. Por eso se puede afirmar con Stanislas Breton que hay una “ontología y una “ontomitología”. Pero, gracias a la metáfora, no solo hay un reunir desde más lejos, sino que se cumple también una más honda y fecunda penetración de lo real.
El espíritu es luz, pero en tanto que humano es luz que ilumina, pero siempre envuelto en un cono de sombras. Es apertura, pero siempre como un “claro” ence-rrado en la espesura del bosque. Es presencia pero siempre en horizonte de ausen-cias. Hay creación cuando se logra traer a la luz zonas oscuras; cuando se logra abrir brechas en la opacidad del bosque y cuando se logra traer a la presencia tro-zos de ausencia. Con ello, dilatándose los horizontes, la humanidad se enriquece y se cultiva. No olvidemos que la cultura es arraigo y creación.
Ahora bien, la metáfora tiene la capacidad extraordinaria de lograr; con su al-quimia verbal, ampliar los horizontes que limitan la luz, la apertura y la presencia.

-7-
Surgen, a partir de estas reflexiones en torno a la metáfora, las profundas rela-ciones que median entre la poesía y la religión. La palabra revelada manifiesta al creyente que la recepta en la fe, una nueva y ampliada perspectiva respecto del hombre, el mundo y Dios.
A continuación podemos establecer un paralelismo entre la palabra metafórica del poeta y la palabra bíblica del oyente cristiano; paralelismo que legitima un auten-tico diálogo entre poesía y religión. Diálogo que, para que exista, requiere la perma-nente diferencia de cada una de las alteridades y de sus respectivas identidades.
a) Ambas palabras se caracterizan por el engendramiento de un “plus” de sentido en la medida que abren a nuevas significaciones, más allá de los significados usuales de los vocablos. Los términos comunes se cargan con una semántica nueva y enriquecedora.
b) La palabra del poeta y la palabra bíblica tienen un rol existencial antes que lingüístico. Usando un modo de hablar, tal como lo entiende la hermenéuti-ca de H.G. Gadamer, se puede decir que, a la vez que se comprende el significado, la palabra se aplica. Se trata de una “subtilitas intelligendi” y de la “subtilitas applicandi”. Cuando la palabra del poeta y la palabra de Dios son comprendidas, ambas tienen, cada una en su propia dimensión, el po-der de transformar al oyente. Al final de su poema Torso arcaico de Apolo, dice Rilke:
“Porque no hay un sitio
que no te mire: has de cambiar tu vida.”
(Du musst dein Leben ändern)
Este modo de entender la palabra poética cancela todo intento de querer comprender la poesía como adorno de la vida o mera complacencia senti-mental.
c) Las dos palabras abren una visión polidimensional. Nuevos mundos, nue-vos horizontes. Y este es el lugar central en lo que respecta al diálogo entre estas dos palabras. Las dos abren a la verdad. En la medida que “nombra”, el “ser” de lo nombrado se patentiza, saliendo de su ocultamiento y entre-gando su mejor ser. Las cosas tienen “rostro” y estas palabras lo desocul-tan y lo dejan irradiar.
d) Ambas palabras liberan en el alma inéditas posibilidades debido a la ver-tiente escatológica que ambas albergan. La poesía es dinámica y telética. Así como hay en ella un sentido “tropológico”, que apunta a una conversión (“Has de cambiar tu vida”), hay también en ella un sentido “escatológico”, pues, como decía Paul Celan: “Los poemas están siempre en camino hacia un Tú con el que se podría hablar”. Por otra parte, el sentido escatológico está en las entrañas mismas del Mensaje de la palabra cristiana.
Hay un fin inmanente a toda gran poesía cuyo referente fundamental es la vida misma. Sea que el fin de la poesía consista, como dice Ch. Baudelai-re, sumergirse “en el fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo”; sea, como afirma P. Claudel, sumergirse “en el fondo de lo definido para encontrar lo inagotable” o como sentencia M. Heidegger, la metáfora poéti-ca implica “la inclusión de lo extraño en la apariencia de lo familiar”, siem-pre se apunta a un “último”, que cumpliría el “desideratum” supremo al que aspira la gran poesía.
e) J. Greisch ha puesto de manifiesto una intrínseca relación entre la espe-ranza y la metáfora. Sutil y magistral lugar de encuentro entre metáfora y palabra kerigmática. Así discurre Greisch.
Como ya indicáramos, la metáfora opera un distanciamiento de lo real, que constituye la norma de lo que es. Se trata de una verdadera transgresión. Una vez alienada de la significación usual, la metáfora abre un mundo libre y de infinitas posibilidades.
Para Greisch esta distancia semántica primera constituye el primer acto de Esperanza. El sujeto, mediante un sobresalto existencial, se proyecta hacia un posible, que se aparta de lo real y le permite adelantarse, en la espera, a lo que puede advenir. Por eso, el autor termina afirmando que la metáfora contiene “in nuce” una filosofía de la esperanza.
Mientras la esperanza de la gran poesía es búsqueda del paraíso perdido, de los orígenes, de la infancia, la esperanza cristiana apunta a liberarse del exilio y alcanzar la Patria en la Bienaventuranza. Ambas implican “trascen-dencia”, pero mientras una “aspira”, la otra “cumple”. Más allá de lo pura-mente empírico y factual, en ambas la trascendencia no es lineal sino “tran-sascendencia”. Ambas inspeccionan lo invisible y tratan de escuchar lo in-audito. Para ellas, como decía Hölderlin, “lo posible se vuelve real y lo real ideal”.
f) Otro lugar de diálogo y encuentro entre poesía y religión es el sentido y al-cance de la “permanencia”, de lo que en francés se nombra con la palabra “endurence”, difícil de traducir al castellano.
H.G. Gadamer, en su obra La actualidad de lo bello, termina definiendo la esencia de la obra de arte en estos términos:
“En la obra de arte, eso que aún no existe en la cohe-rencia cerrada de la conformación, sino solo en su pasar fluyendo, se transforma en una conformación permanente y duradera, de suerte que crecer hacia adentro de ella signifi-que también, a la vez, crecer más allá de nosotros mismos”.

A continuación cita el consabido dicho de Goethe: “Que en el momento vaci-lante haya algo que permanezca”. Aspiración a una duración permanente. Rimbaud decía: “La verdadera vida está ausente”, “No estamos en el mundo”; y se lanza a una especie de transmutación y decantamiento espiritual de los elementos de este mundo y saltando más allá del tiempo exclama: “¡Ha sido recobrada! ¡Qué? La eter-nidad. Es la mar mezclada al sol”.
Cabe recordar aquí la expresión de Hölderlin: “Más lo que permanece lo fun-dan los poetas”. Abunda en los poemas de todas las épocas el buscar instaurar en el tiempo fugitivo “algo” que dure en la fluencia del devenir fenomenal. No faltan poetas que anhelaban ver, en el instante en que brotaba la “palabra”, una irrupción de eternidad en la temporalidad. Todo lenguaje aspira a la permanencia.
“Es necesario que la palabra pase, para que la frase exista. Es necesario que el sonido se extinga para que el sentido permanezca”.
En esta afirmación se entrelaza lo pasajero y lo que tiende a permanecer. En la vertiente existencial de la poesía esta ansia de permanencia, esta búsqueda de lo que eterniza, de lo que inmortaliza y supera la temporalidad se suele vincular con el “habitar” el hombre en una morada estable, convirtiéndolo, de errante y nómade, en hombre arraigado y capaz de cultivar y cultivarse. Me permito citar un pasaje-compendio de la Citadelle de Saint-Exupery:
“Soy un constructor de ciudades. He decidido poner aquí los cimientos de mi ciudadela. He detenido la caravana en su camino. Era solo una semilla en el viento. El viento lleva consigo, como perfume, la semilla del cedro. Yo resisto al viento y entierro la semilla para que los cedros crezcan para mayor gloria de Dios”.
¡Hermosa parábola”. El “viento”, lo más pasajero y fugaz; pero lleva en su so-plo la simiente de lo permanente, de lo que queda, del cedro; la ciudad en la que se habita. Cuando uno trata de hacer la hermenéutica de las poesías desesperadas y nihilistas, no se puede dejar de detectar en ellas momentos en los que se aspira al “descanso”, a lo sereno y entregado, a un “X”, que podría redimir y salvar.
Nos hallamos así en un lugar donde el diálogo poesía-religión puede estable-cerse. La “eternidad”, emblema por excelencia de lo permanente y lo “para siempre”, fija un límite insuperable. Pero no le impide a Paul Celan la posibilidad de que, al igual que la “sirga”, que con sus cadenas permite, desde la ribera, hacer navegar los barcos a contracorriente, también el poeta puede lanzar a contracorriente del tiempo su ancla, más allá del horizonte terrestre.

- 8 -
El texto de Heidegger, citado en el comienzo, nos hablaba de la necesidad de un descenso al abismo del mundo para explorarlo; pero al precio del sufrimiento. Se necesita que haya quienes tengan la audacia de emprender el descenso. Descender y traer el mensaje.
Pero es necesario recordar el dicho de Esquilo: “aprender sufriendo”. Tanto el místico cristiano como el poeta están ejercitados en esa experiencia. Ellos están destinados a traer la “Palabra” del origen, que es también, conforme a su sentido, la palabra escatológica.
Hay los que intentaron, pero nunca llegaron al fondo. Lo fundamental como lo esencial tiene una fuerza profunda de ocultamiento tras las apariencias. Hay tam-bién los que llegaron al fondo del abismo pero no volvieron: el desgarro fue tan fuer-te, que pagaron con la muerte el intento de descifrar el secreto de la vida. Hay los que llegaron y malinterpretaron; y solo trajeron un mensaje de rebeldía y desespe-ración. Hay los que llegaron, comprendieron, y mediante la experiencia del dolor aportaron a los hombres una palabra de esperanza.
En esta dimensión, solo quisiéramos añadir, que en esas profundidades del abismo del alma y del corazón humanos, el estrato más hondo no es la culpa sino la inocencia. Pero para llegar hay que pasar por la “Noche oscura”. Es posible detectar en todos los poetas, incluso en los más desesperados, toques delicados y puros de inocencia. Y en esos “tactos” furtivos asoma un mundo salvo que, profundamente, en lo más íntimo de sus anillos, descansa un núcleo consolado y salvo. Jean Oni-mus nos recuerda que el poema brota discretamente del silencio como el archipiéla-go del océano, como una palabra de niño en una conversación de adultos, improba-ble, imprevisible, desprendida de la cadena de las causas y de los efectos, pura co-mo una isla y por así decir gratuita.
Para la religión cristiana, en ese fondo más hondo, se halla la “voz” del Maes-tro que es, como decía San Agustín, “más yo mismo que yo”. No es la inocencia, es el Inocente que, como se dice en la Carta a los Hebreos, aprendió a obedecer su-friendo. Para R. Char, la poesía es matinal: ella es lanzada en la inocencia del alba y es aquello que la abre al “futuro”. La palabra “gracia” viene a la mente.


-9-
En la parte final de nuestra exposición quisiéramos referirnos a un aspecto de la fuerza de la palabra poética en relación con la palabra litúrgica y sacramental.
Se habla, en este sentido, de la “alquimia de la palabra poética” de la “magia” de estas palabras. Estas expresiones muestran cómo, gracias al proceso metafórico que, superando la primera “referencia” del lenguaje ordinario, obra la apertura de una referencia de segundo grado. Por ella surge un mundo; el mundo de la obra: la Ficción y el Mito. Se posibilita y legitima así lo que Ricoeur llama una “Redescrip-ción” de la realidad en el sentido de la “mímesis creadora” de Aristóteles. Dice Ri-coeur:
“Este poder del texto de abrir una dimensión de reali-dad implica, por eso mismo, en su principio mismo, un recur-so contra toda realidad dada, y por eso, la posibilidad de la crítica de lo real... En el discurso poético este poder subver-sivo es el más vivo.”
Pero esta apertura a la creatividad en la que la imaginación se convierte en el personaje principal, el poeta adquiere, por otra parte, una profunda responsabilidad. Más allá de toda nivelación lingüística, de la palabra del poeta debe surgir un hasta ahora “no dicho” en virtud del cual se enriquece la lengua y surge un nuevo mundo, llamado a confrontarse con el mundo del oyente o del lector.
Cuando emerge una palabra con esa carga semántica, acontece en la historia de los hombres lo siguiente: en un instante sublime, dice, en una única vez, una co-sa única, que abre un nuevo mundo y que permanece inagotable porque es siempre iniciante.
Aquí se manifiesta el poder de la palabra poética. Pero también el peligro de una soberbia titánica de creerse poeta, con su alquimia y su magia, poder “transubs-tanciar” lo real. Es cierto que el pan celebrado en el poema, es mucho más pan, más aún, es el verdadero pan, pues es elevado hasta su más alta excelencia. Pero sigue siendo pan.
Claudel en la Messe La-Bas le recuerda a Rimbaud –el poeta de la “alquimia del verbo”- que no se alcanza a producir “transubstanciación” de lo nombrado me-diante el acto poético. Es en la “Misa”, en el seno de la liturgia, que en la Consagra-ción se opera la transubstanciación del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre. La poesía puede transfigurar lo nombrado por ella pero no cambiar su sus-tancia. Pero ambos, liturgia y poesía, apuntan a lo mismo, pero con distinto alcance y eficacia.

-10-
En lo referente a un diálogo entre poesía y religión cristiana no se puede sos-layar la relación entre Poesía y plegaria. Con esto mismo título tuvo en su época amplia difusión un libro de H. Bremond. La tesis de su libro puede hallarse concen-trada en el texto siguiente.
“La actividad poética es un esbozo natural y profano de la actividad mística: profano y natural, ciertamente... pero que es además esbozo confuso, torpe, lleno de lagunas o de blancos, tanto que el poeta no sería finalmente más que un místico evanescente o un místico fracasado.”
Estas severas aserciones deberían ser moderadas –por cierto, respecto de muchos poetas- si se consideran sus intentos como experiencias vividas en el cho-que del verbo poético con el límite, en la frontera de lo humano y lo divino. Es la lu-cha con el Ángel, donde la derrota del intento habla del arrebato lírico por ingresar en el Paraíso perdido.
Es preciso reconocer la analogía que existe entre el acto poético y el acto reli-gioso. Tanto uno como otro no miran al mundo desde el punto de vista práctico. Ambos buscan e intentan un modo de comunicarse con el mundo en el amor. Es una relación basada en lo afectivo. Esta relación, como dice H.J. von Hoorn, sirve de base a su conocimiento, que es de carácter visual y dinámico, y fuente perpetua de imágenes. Místico y poeta establecen una armonía entre el mundo y ellos. Para el poeta su obra es enteramente “verbal”: crean en palabras. Para el místico la obra no es necesariamente verbal. Participar a los otros el amor a Dios que experimenta es su misión. Este amor puede conducirlo a la poesía para expresarlo y participarlo. “Cada místico busca la palabra poética para divinizar la tierra; aspira a poner la poe-sía al servicio de su causa. Queda por saber si la Musa quiere aceptar la invitación del Angel”.
La poesía creadora tiende a proyectar, y a la vez encerrar en el esplendor de su verbo esa sed de Absoluto que una auténtica poesía puede despertar, pero que ella no tiene como misión colmar.

Dafne Pidemunt

Nació en Buenos Aires en 1976

del libro El Juego de las Estatuas (2004, Yugen)

Me hacen madre en la noche
Sus juegos despedazan mi ombligo
roto el cordón umbilical
ningún juego es posible
pero mis padres son muy niños aún.
Mamá y papá nunca entendieron
que eran ellos quienes jugaban en mi infancia
que era yo quien se desvelaba en las noches
quien los tapaba al dormir
y les cantaba.

.

Ella no me ama a mí.
Ella ama mi palabra, mi juego.
Poeta nacida de vientre judío
Juego con una religión desconocida
Le digo en idish cosas que no entiendo
En castellano.
Lo que sea por otra noche en tus brazos
Lo que sea por otro beso en mis pálidos labios.
-Querés palabras?-le dije
Jamás se detuvo en las palabras que no po-
drían nunca bucear por su sexo
Como lo hace mi física lengua.
-¡Más poemas pequeña!, ¡Más poemas!-
me exigía cada noche al dormirse en mis bra-
zos
-O se ama o se escribe.
Amor y literatura no deben tocarse-
Ella sabe y no le importa.

Poeta nacida de vientre judío


y ah, suspiro mediante
comienzo el poema
que dire esta noche

.

Tuve un amor sagrado.
¿Quién se anima a batirse a duelo con la muer-
te después de haber amado?
Sigo jugando con mis patas rotas
la danza de las estatuas
al filo del ojo de quien las contempla.
El dolor llega hasta el umbral de la mirada.

En el juego de las estatuas
las piernas bailan y corren lastimadas por la
caída.
¿se animaría el que cuenta hasta tres
a darse vuelta y observar a los jugadores?

La tarde cae en mis ojos ancianos.

Ya he jugado a las estatuas,
ya he amado
¿Que más pedirle al dolor de envejecer;
si mis recuerdos resuenan en la noche
como el tambor del niño que no quería crecer
y se quedaba enano?

MADRE

El consuelo de escribir.
Mi madre se emborracha. Una y otra vez la
asesino.
Muerta, resucitada, continúa suicidándose.
Piesno en la música, trato de no llorar,
la máquina de escribir repite los mismos erro-
res en la misma tecla, mi madre tipea. A lo
lejos yo la observo;
vaya coincidencia, al igual que la máquina yo
repito siempre los mismos errores que mi ma-
dre, en las mismas situaciones.
me emborracho, me asesinan, resucito. me sui-
cido.
Y mi madre a la par mía vive con el consuelo
de escribir,
imitándome.

Andrés Cursaro


Nació en Neuquén en 1968. Vive en Rada Tilly, Chubut.

del libro Estación/Tierra/Nada (2006, Ed. en Danza)

No sirve el cuchillo siempre
dispuesto a entrar a las carnes
si la carne es caliente
en velas curvas de la noche.
Con la daga viene ese paisaje
no
ya mío ya de nadie
en este pueblo que afila su lengua
y regala piedras antes de mirarse.

.

El cerebro camina muriéndose hacia la memoria del
lugar que nos habitamos donde el recuerdo tuyo ha sido
desalojado de las noches en el viento de la rosa que se
pudre en un florero del silencio que me has regalado
para este fin de infierno nada se muere tanto como este
pensamiento mío como este pensarte tanto que hace
morirme en otro intento de ubicar tus manos aquí muy
cerca de las tardes entreo los aires de este mar helado
empujándome hasta las rodillas de los recuerdos no he
podido desalojarte nada peor que la memoria para una
venganza nada peor para sentirse calladamente muerto
que el olor de la memoria que te busca así de venga la
noche a entrar las cobijas rotas por ese agujero de la
sábana que ha quedado mostrándose solo al colchón de
la memoria recordandomé que aún vivo recordándote y
que quisiera que muera de verguenza de amnesia de
trasnoche frente a todos los papeles casi polvo de donde
surgen todas muertes riéndoseme en tu cara ausente de
nada vamos de nada venimos de nada nos golpearemos
la cabeza hasta que estalle se estrelle donde la luz se
hizo humo donde el humo saca un cigarrillo donde la
botella termine la memoria del lugar que nos habitamos
nada peor para tu venganza que tener que soportar ahora
esta memoria que no me deja morirte ni morirme roto
asilado de tanto buscarte en este puto agujero de la
sábana en el que sin embargo eternamente memoría.

.

La casa se muere dice la casa tiembla cierra las ventanas
pierde el sentido de las horas esa casa ya no es mi casa
grita condenada está la casa que se muere a destiempo
entre las horas de la noche que pueden ser día y abre la
puerta cuando nadie entra se ilumina en plena tarde y se
arranca el pasto raíz a raíz se muere la casa se muere
dice ahora deja que el agua se le filtre por el techo se
empañe el espejo frente al sol no se cuida hasta las
cortinas dejó caer no le importan las piedras perforando
vidrios mi casa muere se muere está mal no reconoce
mis perfumes se quita los clavos y caen cuadros las fotos
que la muestran recién pintada y descascara colores que
bien le hacen se deja golpear por el viento y la tierra que
pasa por los huecos se muere la casa se muere nomás
y el hombre de esa casa muere también amurado a las
paredes las sombras que allí están lo miran caer frotar
las manos en el revoque quitar uno a uno los adornos del
dormitorio levantar la alfombra orinada por los gatos lo
miran caer al hombre de esa casa que muere en cada
ladrillo ve los días que ahora lo llevan a esa misma casa
plena de sol de pasos apurados a los aromas del laurel el
hombre es una hoja de laurel ahora arrojado al medio
del salón donde levanta el piso desde abajo y lo ven caer
también como a esa casa que se muere cerrar la puerta
lo ven escuchar decir se muere la casa se muere no baila
el hombre están ausentes la música las manos que lo
llevan el vestido que lo guía no baila y grita dice que la
casa se le muere que ya no soporta su peso que anoche
dejó caer silencio en el patio y que la lluvia lo ahoga en
ese silencio el hombre de esa casa también escucha a las
paredes abrirse dicen que el hombre de esa casa que
muere con él en çel recién habitada persigue sombras en
paredes que no están en el pasto seco del jardín pero
está muerta la casa en la imagen que encuentra está sin
pintura sin ladrillos cortinas está muerta la casa dice el
hombre que se mira desde la ventana.

Leopoldo "Teuco" Castilla


Nació en Salta en 1947

del libro El amanecido (2005, Ed. El Mono Armado)

TRANSMUTACIÓN

Un día tu pelo está ido,
despegado
y habla, lengua de palo la calavera.

Tu semblante se va para salvarse.
Ya no tienes animal en dónde verte,
soporta los últimos, precarios,
insectos de tus ojos,
el hueserío de tu risa.

Devuelve el pez de tu deseo,
tu conociemiento
al agua,
al pájaro
tu instante,
y, antes de irte,
devuelve tu pequeño infinito
-y agradece-
a la víbora.

OSCURIDAD

Toco el espejo a oscuras. Una planicie indefensa
donde pierdo mi frontera
y mis huesos pierdo
como si el espacio me hubiera envenenado.

Si cruzo esta noche, si amanece,
pínteme la vida
porque nunca es el mismo
el resucitado,
de madre, en el mirar eternamente,
y, de tanto morir,
padre.

Soy yo la oscuridad.
Yo, las inclemencias del que no se ve

y,
porque he visto,
soy el que mendiga.

EL AMANECIDO

¿Qué estaré siendo yo de este lugar
que ha parido la presa de su cacería?
Entenado de mis muertos
llevo una flor a su caridad
para que vuelva en mí esta comarca,
pero es tarde,
el cielo envejeció
y el espacio ha crecido demasiado.

He gozado todos los sonidos,
me he dejado llorar
por ojos difuntos,
he besado a mi época en la lengua
y a esta altura
soy el cielo de mis fornicaciones
y la intemperie donde flameo, inhumano.

Entro a la tormenta de la casa vacía
y lluevo largamente,
con la copa en las raíces,
asfixiado por el aire,
y, enguantado por mi oscuridad,
pudro mi leña,
eyaculo el escenario,
pierdo los papeles, tacho la luz,
lastimo la función.

Los otros no saben que están dentro
de un día que no amaneció,
el que me he robado
mientras del suero de mi cerebro
se amamantaba la noche
cuando yo tiraba mis huesos al aire
y ni la muerte los reconocía.

Tengo dentro
un salto de pájaro espantado,
un niño helado en su futuro,
un camino que mno deja de ir
y un árbol inmóvil
soltando frutos oscuros.

No hay contemplación: mi limosna es mi cuerpo.
Ya no me sirve el universo
ni yo le sirvo.

Hacia una luz inválida se va el día.
Y no me lleva.
Donde yo duermo, trinan como perras,
mendigas, las palomas.



EL TEUCO EN FRAGMENTOS

me tomo el atrevimiento de transcribir algunos versos sueltos de varios poemas, de varios libros.

Todos los colores
son sacrificios.

.

El olvido es carnívoro.

.

y se pica el pecho
y se lo parte,
ríe a carcajadas
y se pica a fondo el corazón
para que el secreto salga.

.

él pasa soñando
como un perdón que no llega nunca.

.

tu ojo como un juguete de dios

.

En todo lo visible
hay una ofrenda
del abismo.

.

El mundo está atravesado
por ciertos elementos
que nunca estuvieron en el mundo

de ellos nos viene
la tentación de desaparecer.

Celia Gourinski



Nació en Buenos Aires en 1938. Estudió música y filosofía.

texto extraído del blog del taller literario de Celia Gourinski

La poesía es una llaga necesaria. Es un espléndido parto doloroso: surge del conocimiento por ese deseo, un acto de amor con amor con muerte con odio con densidad. También es Mutación: nace un engendro –la obra- y crece hasta convertirse en un solo ser con dos cabezas, dos sexos, un cuerno y alas, clamando por parir a su padre. Cundo lo logra le da el beso de adiós a su progenitor-creado y se desprende mientras lo mata, mientras sonríe con entraña, su nuevo Nombre.

La poesía es un no tener más remedio.

Cordón umbilical que relaciona y confunde al hombre con lo sagrado.


del libro Inocencia Feroz (1999, Ed. Argonauta)

VISIONES

No me quites la memoria no me quites la visión de
todos los lugares donde mis tripas donde mis alas
pactaron contigo, ángel oscuro
Ángel ávido y vengador de la noche elegida para
amar con todos los elementos del mundo
No me quites ni un mendrugo de memoria soy tan
ociosa para morir
No me quites la memoria del pequeñísimo instante
en el que parpadean los ojos y es una brecha letal
que espanta a quien se animó a pactar la unión de
tu negrura de ángel enjaulado y el fulgor de los
esponsales de los hermanos
juntos alguna vez en la
Gran Obra

Llegó el momento
Benditas las lluvias que nos anunciaron nuestro beso
tan largo, nuestra estadía en la intemperie, con
plegarias sin destino, amado, las tantas que fui en
el filo de la tierra, ángel oscuro, quién será quién
a quién me entrego

El ángel es un resto de dios y no perdona
El que yo amo olvida el hambre en el momento de la
cena

Y no me quites la memoria, ni la más pequeña
memoria desgarrada, por si reviviera la bellísima
caricia en un ahora, ven aquí, no hay daño si nos
une la carne y el cielo
memoria de carne de cielo

CARTA MUERTA

Mi señor
alguna vez te he obedecido desde las sombras
fantasmas en los anónimos que hayan besado mis
tierras
Te guardo el castigo de un amor en las veredas de tu
cuerpo mientras sueñas mientras hueles mientras
trepas ese sol de madrugada, el que mora entre tu
aliento y mi aliento
Señor no pidamos permiso para empaparnos en el
único delirio de las bestias celestiales, late un bello
gemido en las caricias de la niña perversa que se
entrega a siestas prohibidas entre tu aliento y mi
aliento, perversa niña gratitud en todas las pasturas
delicadas y salvajes, señor alguna vez te he obedeci-
do fuera del pacto con las aves que se pierden, niña
perversa heme aquí
yo, señor, que te advengo en los horizontes
del deseo
yo, señor, con los colores sagrados del que ama
yo, señor, desde el precipicio qie siempre está
en lo alto
yo, señor, que no creo
que creo, señor, en el alcohol que tu boca
derrama en mi vida
Señor de los barcos que parten, hacia dónde... señor
de las moradas habitadas por labios tan tristes,
señor de mis labios tristes tan cerca de la tierra, mi
tierra, la de los fugitivos que te obedecieron alguna
vez
Toco tu enjambre de estrellas en el bello gemido de
niña perversa y sabia al revés
Señor tírame la tabla que flota en todas las aguas,
señor que te vas, señor mi señor pero nada me
salva ni tu tabla ni los pájaros
Adoratriz de tu sol niña perversa

Y quiero y me uno a ti, señor,
en la deriva


INOCENCIA DESPUÉS

Inocencia, no desesperes en la culpa de los cuerpos
marchitos
Ellos nunca fueron elegantes, nunca un fulgor echó
sobre ellos su hechizo
Inocencia de bellas crueldades, acompáñame a
recorrer lugares reservados a los dioses burlones,
que juegan a devorar toda ley inventada por sus
vástagos
mira mis rodillas poco sumisas en el reino del verano
Mira mi escondrijo lleno de cofres que guardan
ropajes saturados de hastío en las maravillosas
familias
Mira la sombra de despedidas apresuradas, erróneas,
que se conviertieran en reflejos extremos del amor,
oh tembladeral de vidas
Te invito a pasear conmigo en los bosques, matas de
pelo en el lomo de la loba, en las axilas con olor
a cielo, en el duelo de los romances perdidos
Porque contigo he de cruzar leyendas majestuosas,
despojos feéricos, insignificantes cuartos perdidos
en la hondura de tu estigma, resurrecta orden de
no obedecer al amo más que cuando se acerca el
medidiodía del espanto en el recinto vecino allí,
donde el muerto querido alza una copa de alcohol y
aúlla concediendo una visita al infierno
Tu ríspido imperio me eriza, me vuela, me estremece,
me hace desear padecer partir sin consuelo. Tu
sombra anega, pasionaria de los viajes trazados en
el vértigo del soñador

Puta mágica sagrada